Uno
de los elementos más importantes dentro del proceso de la construcción escrita
es el párrafo, puesto que éste constituye la estructura base de todo texto; De
ahí que gran parte de los estudiosos de la lengua se preocupen por la correcta
redacción de los mismos dentro del escrito y para ello optan en proponer tres
momentos durante este proceso: La pre-escritura, escritura y re-escritura.
Estos
tres momentos hacen relación con una lluvia de ideas y preparación de los
recursos que se tengan para después desarrollar el texto que, una vez
finalizado, será sometido a un proceso de retroalimentación y corrección, de
modo que la información allí planteada cumpla con todas las expectativas
deseadas por el autor.
Para
comenzar es muy importante entender que el párrafo es solo una parte de un
conjunto más amplio y que éste, junto con los otros, desarrollan ideas
individuales que giran alrededor de una idea central mayor. Sin embargo cada
uno de ellos también emplea una idea base, la cual se despliega a partir de
oraciones complementarias.
En
su mayoría, los educadores de la lengua apuntan al mismo propósito con sus
estudiantes: que estos aprendan a plasmar sus ideas coherentemente por medio de
la palabra, creando textos para expresar y explicar sus conocimientos e ideas
en forma racional y creativa y para ello dedican gran parte de sus clases a la
enseñanza de la escritura por párrafos.
En
el momento de la elaboración de un párrafo hay que tener presente la intencionalidad
que éste posee con la idea que se quiere desarrollar en su conjunto mayor.
También se utilizan distintas técnicas metodológicas como por ejemplo la
relación causa y efecto, para agrupar ideas, confrontarlas y hallar su papel
dentro de la producción escrita.
El
párrafo suele tener forma de bloque, sin embargo, hay ocasiones en las que una
sola oración se toma como un párrafo que expresa una sola idea.
Desde
la estructura semántica de este, se deben tener presente las palabras correctas a emplear en la redacción. Para su
escogencia juega un papel muy importante la intencionalidad del autor con el
uso de cada término y, en mayor medida, las características del público hacia
el cual va dirigido el texto. Además que, para evitar la redundancia o reiteración
de vocablos, es necesario valerse de sinónimos que permitan ampliar,
ejemplificar y/o aclarar la idea de lo que se quiere expresar.
De
esta manera es posible apreciar que la construcción de párrafos se convierte en
todo un proceso en el cual la mente y el lenguaje se baten en un duelo
semántico y de construcción de ideas en busca de plasmar, lo más claramente
posible, el juicio o concepto deseado, y para ello la intervención de los
educadores con sus estudiantes juega un papel muy importante en este proceso de
aprendizaje.
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