El Gato Negro: La transformación de la perversidad.

La perversidad siempre ha estado presente en la sociedad, su evolución ha hecho que el hombre se transforme en un ser sin escrúpulos, deteriora su sentido moral y puede crear hasta una máquina de violencia. Existen detonantes que influyen en la aparición de la perversidad y su progreso, como los vicios y hábitos nocivos que llegan a habitar la vida de una persona.

En el cuento “El gato negro”  de Edgar Allan Poe, el proagonista se ve influenciado principalmente por el alcohol, lo que crea en él una conducta perversa y violenta contra lo que una vez quiso mucho.

El cuento empieza con el personaje narrando su propia historia desde la cárcel. Comienza contando su niñez y su amor profundo por los animales y la naturaleza, más tarde se casó con una mujer amante también de los animales y junto a ella tuvo varias mascotas, entre ellas a un gato negro llamado Plutón. En un principio Plutón fue su mascota favorita y tenía además una amistad fuerte con él, pero el tiempo y el alcohol lo fue volviendo hostil y con un carácter y temperamento rudo, empezó a hacer daño a su esposa y a sus otras mascotas guardando aún una margen de respeto por su gato. El deterioramiento por el alcohol y la perversidad que creó en él hizo que no pudiera soportar más la presencia de su mascota y una noche, en estado de embriaguez, le sacó un ojo. Después de la violenta muestra repudio, la tensión creció entre ellos dos y una mañana, cuando la perversidad invadió su consciencia, ahorcó al gato a sangre fría colgándolo de un árbol; esa misma noche se despertó y encontró que su casa estaba en llamas y pudo huir con su mujer y un sirviente. En la mañana al revisar las ruinas, notó una gran mancha negra en forma de gato ahorcado en la única pared que no se había consumido por el fuego. 

Al cabo de un tiempo encontró otro gato en un bar que a simple vista era casi idéntico a su antiguo gato, por lo que se lo llevó a casa para sentirse, de alguna manera, tranquilo. Poco tiempo duró el respeto que sintió hacia el gato y llegó al punto de que solo su presencia lo irritaba. Una vez, bajando las escaleras del sótano, el gato se atravesó y casi lo hace caer, lo que lo impulsó a coger un hacha y matarlo, pero su esposa impidió que lo matase y él, lleno de cólera, la mató a ella y el gato huyó. Decidió enterrar a su esposa en una pared del sótano y cubrió todo perfectamente sin dejar rasgo del asesinato.

Al cuarto día del asesinato, los policías fueron a inspeccionar su casa a causa de la desaparición de su mujer. Él los hizo pasar cómodamente, convencido de que no encontrarían nada. Al bajar al sótano y ver que los policías se iban sin sospecha, no pudo evitar alardear un poco sobre sus paredes tan perfectamente construidas donde no podría haber un cadáver; tras decir esto se escuchó  la pared un maullido estridente, los policías entonces demolieron en muro y encontraron el cadáver medio descompuesto de su mujer, y sobre él un gato negro tuerto aún con vida. Había emparedado al gato también.

Se puede ver que el protagonista es un personaje con una evolución radical llevada casi al delirio, evolución causada por el mal manejo del alcohol. Se convirtió en un ser impulsivo, violento, temerario, irracional, irritable e inestable emocionalmente, sus cambios de humor repercutían negativamente en las personas y animales que había a su alrededor. Esta volubilidad hizo además que su esencia se tornara perversa, sobre todo, desafiándose a sí mismo, su naturaleza de amor por el odio.

El principio del personaje fue tranquilidad y pasión por los animales, amor que siguió durante los primeros años de matrimonio, hasta que el alcohol entró a formar parte de sí, de su cotidianidad, y tuvo una transformación drástica en su personalidad. Ese hábito fue el principal detonante de la violencia por la inestabilidad que le causaba. La evidencia del cambio estuvo representada por el desamor a su mascota favorita que significaba para él amor y estabilidad hasta llegar a ser lo que lo enerva y lo que más odia.

Inicialmente el personaje no incurrió en actos de violencia contra el gato pero cuando lo hizo, fueron los más atroces, debido  a la desesperación que llevaba acumulada en su interior y no creó en él mucho remordimiento, porque la perversidad se volvió algo muy  natural. La perversidad se convirtió en un desafiante de su esencia y lo transformó en alguien irreconocible a lo que era.

Lo que detonaba toda la acumulación de rabia y ansiedad era su gato, ya que resultaba como el mayor desafiante para él, de un ser profundamente amado se convirtió en lo más odiado y su muerte fue casi un medidor de qué era capaz de hacer y hasta qué punto la perversidad se vuelve personalidad, violentando la esencia de lo que se es.   

Yulieth Borja Mellizo

Sara Botero Sepúlveda

Paula Lopera Velásquez

Nataly Osorio Hincapié