Interpretación Supersticiosa de los Cuentos de Terror

Al principio cuando fue creado el universo, reinaba la oscuridad, el caos y las tinieblas; pero no como cualidades de la naturaleza sino como personificaciones. Esto lo decía el Génesis antes de ser traducido.

Cuando no se podía atribuir una explicación a un fenómeno sobrenatural, los dioses y las deidades fueron creadas para darle sentido a estos hechos, de igual manera a medida que sucedían determinadas situaciones según su moralidad (buena o mala), eran vinculadas a objetos y seres que comenzaban a consolidarse como lo que hoy podríamos denominar, supersticiones o agüeros.

El terror y el miedo comenzaban a verse cuando coincidían las situaciones en la vida de las personas con hechos poco usuales, para hacernos entender nos referimos a circunstancias que se interpretan en la actualidad como por ejemplo, que riegues la sal, que se quiebre un espejo, que veas un gato negro o pases debajo de una escalera, que tengas mala suerte, o lo referente a la muerte; pasaron de ser simples creencias a ser consideradas como hechos y pensamientos verdaderos.

Esto comienza a hacerse dominante más que todo en las zonas rurales donde, en la mayoría de los casos, las personas son poco estudiadas y no encuentran otra explicación razonable a ciertas situaciones y por ello buscan atribuir razones guiadas por la imaginación y la simbología; de igual manera en las zonas urbanas existen aquellas personas que adaptaron estas creencias a su forma de ver la vida, escépticas o no…

¿Crees en la mala suerte?, ¿ te da miedo ver un gato negro de noche?,¿ si quiebras un espejo o riegas sal, en qué piensas?, ¿ sabes que el mal se manifiesta como espíritus?.

Y aquí llegamos a nuestro tema, luego de que hayas leído lo anterior y te hayas ubicado y contextualizado, esto es lo que queremos mostrarte, cómo podríamos ver los cuentos de terror con una visión actual en la cual mucho de lo que tienen estos cuentos, es  mucho en lo que la mayoría creemos o alguna vez hemos escuchado, algo así como esos agüeros y supersticiones que inclusive muchas veces terminan por sugestionarnos.

En los cuentos de terror son usadas estas creencias y supersticiones de manera más simbólica, para alimentar la imaginación y estimular nuestros miedos más profundos; el carácter sobrenatural e inexplicable de estas historias siempre nos dejan una incógnita o algo en qué pensar, por ejemplo, esta es una de las características de las maravillosas obras de Edgar Allan Poe, el maestro del terror.

Tomando a este escritor como referencia, sus historias más celebres como, “El gato negro” y “El cuervo”, son una clara muestra de cómo a algunos animales se les atribuyen el infortunio, la desgracia o el desastre y de cómo coinciden con las supersticiones más populares, como por ejemplo, si se te cruza un gato negro en tu camino tendrás 7 años de mala suerte o que la presencia de un cuervo es un presagio de muerte y adversidad.

Entre las formas del miedo y la superstición, el gran maestro Poe plasma en su cuento “El demonio de la perversidad”, que el ser humano actúa malévolamente debido a un demonio que llevamos dentro, el cual nos incita y nos impulsa, susurrándonos al oído, que hagamos el mal.

Por otra parte en la cultura popular también se ve una forma de superstición simbólica en la cual muchas personas creen, en el Viernes 13, el día del gran infortunio. Aunque esta superstición no tiene un origen muy claro, el historiador Donald Dossey da una aclaración aproximada sobre su origen.

Según este, la fobia viene desde la mitología nórdica cuando los 12 dioses estaban cenando en el salón de los muertos o Valhalla. Loki el dios timador que no había sido invitado, se coló a la fiesta siendo el integrante número 13. Este incita a Hoder, el dios ciego de la oscuridad, a dispararle con una flecha a Balder, dios de la alegría. Balder finalmente murió y la oscuridad se apodera de la Tierra convirtiéndose en una fecha de mala suerte.

La otra desafortunada coincidencia se remonta a la Última Cena de Jesús y sus apóstoles. Judas, el apóstol que traicionó a Jesús, fue el invitado 13 de la Última Cena. El viernes también fue un día de muertes célebres en la historia bíblica, según los estudiosos del libro sagrado: fue el día en que Adán y Eva comieron de la fruta prohibida, el día en que Caín mató a Abel y el día que crucificaron a Jesús.

Con esto queremos demostrarte cómo a partir de la historia y de diversas circunstancias calamidosas, comienzan a crearse determinadas simbologías y significación, que aún en nuestra cultura y nuestra época continúan trasmitiéndose.

 Para que conozcan una de las obras de Poe, aquí les presentamos la sinopsis de  “El gato negro”

En este cuento de terror, relatado en primera persona, el autor describe de qué manera la relación de un hombre con su mascota y un odio inexplicable hacia ella, termina por convertir su vida en un infierno.

La historia gira en torno a la vida doméstica de éste hombre (sin identidad), el cual al principio tenía una buena relación con su esposa, y sus mascotas, ya que ambos compartían el gusto de cuidar de ellas. Pero su debilidad por el alcohol llevó a convertirlo en una persona irritable y violenta. Con el pasar del tiempo su temperamento lo volvió indiferente a los sentimientos ajenos, y quienes lo rodeaban sufrieron las consecuencias.

En su vida diaria, el hombre había comenzado a cambiar de carácter, maltrataba a su mujer e incluso sentía rechazo por el gato, sentimiento que lo tenía confundido ya que hasta hace un tiempo había sido una persona que disfrutaba la compañía de este animal.

 El primer episodio sucedió una noche en la que el protagonista regresó  alcoholizado a su hogar, y saludó a su gato como de costumbre, pero éste intentó evitarlo y le mordió la mano. Luego el hombre sumido en alguna extraña maldad, " una furia demoníaca" con un cortaplumas y, sin pensarlo dos veces, le desprendió un ojo al animal.

El segundo hecho aberrante sucedió una mañana, en la que sólo por hacerle daño, según sus explicaciones (ya que eran comunes en él estos ataques de ira, odio, intolerancia) tomó al gato por el pescuezo y lo ahorcó, colgándolo en un árbol del jardín.

 Aquella misma noche su casa quedó devastada por un incendio, que sólo dejó intacta una pared divisoria, en la cual quedó plasmada la figura de un gato ahorcado, imagen que lo horrorizó. Al tiempo, y con el remordimiento atormentándolo, el hombre siguió ahogando sus penas en el alcohol, y en su mente pensaba en encontrar una mascota idéntica a aquella que hasta hace un tiempo vivía en la casa.

 Una noche en una taberna le pareció ver una mancha negra sobre un tonel de ginebra. Se acercó y la tocó con la mano. Era un gato negro igual a Plutón, salvo por el detalle de una mancha blanca y de forma indefinida que tenía en su pecho. Continuó acariciándolo hasta que el gato sintió confianza y luego cuando emprendía el camino a su casa, el animal lo acompañó. Mientras que su mujer se sentía encantada con la compañía del gato, el hombre comenzó a sentir una gran antipatía por éste. El cariño que el gato le prodigaba le producía fatiga y disgusto.

Con el correr de los días, el hombre enloqueció no sólo por descubrir que este felino era también tuerto como Plutón, sino porque esa mancha indefinida al principio, era la fiel imagen de un patíbulo. Sintió que su alma no tenía descanso, y lo único que pensaba era en hacerle daño al animal.

El tercer episodio de horror sucedió cierto día que el hombre descendía con su mujer al sótano de la casa, cuando el gato los siguió por atrás y se interpuso en su marcha, haciéndolo tropezar. Exasperado por el enojo tomó un hacha y se dispuso a matar al gato, pero su intento quedó truncado cuando la mujer detuvo el trayecto del arma con su mano. Impulsado por una "furia más que demoníaca" se zafó de los brazos de su esposa y le hundió el hacha en la cabeza. Luego, sin sentir culpa y a "sangre fría" se entregó a la tarea de esconder el cadáver. Para ello, pensó en varias cosas, hasta que al final se le ocurrió "emparedar" el cuerpo en una de las paredes del sótano, tal como hacían los monjes de la edad media. Una vez que hubo escondido el cadáver se dispuso a buscar al gato, que no aparecía desde aquel día, pero no lo encontró. Convencido de que el animal había escapado asustado, vivió un par de días de "tranquilidad", y recibió a los policías que venían a inspeccionar cada rincón de la casa sin inquietarse.

 Cuando los oficiales satisfechos estaban por marcharse del sótano, la alegría del triunfo no le permitió quedarse callado e hizo un comentario sobre la solidez de las paredes de su casa. Golpeó con el bastón la pared donde se encontraba escondido el cuerpo, y desde adentro se oyó un grito estremecedor. Inmediatamente los policías rompieron la pared, que cayó de inmediato dejando ver el cadáver corrompido de la mujer, y en su cabeza el gato tuerto, con su boca abierta, cuyo aullido terminó por entregar al hombre a los verdugos.

Poe imaginó y comenzó a construir por primera vez mitos y miedos en las mente de sus lectores, factores que hoy en día son habituales, pues se han postulado como creencias verdaderas dentro de la cultura y de la tradición. Lo que hizo Poe marcó la literatura y por ello desde diferentes culturas podemos ver la representación, significación y simbología en el trasfondo de los cuentos de Edgar Allan Poe.

                                 

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