Importancia del párrafo como unidad de discurso en un texto escrito
AUTOR: VÍCTOR SANTIAGO PEÑA FONTALVO.
Al hablar de la importancia de un párrafo en la redacción, vemos que esta “unidad de discurso” nos ayuda no solo a darle sentido a lo que queremos expresara través de nuestras ideas, sino, que con ello logramos estructurar y hacer aún más comprensible lo que queremos exponer.
En este orden de ideas, la utilidad del párrafo durante la redacción requiere que las ideas que deseamos expresar lleven un orden lógico secuencial, a fin de darle sentido completo al tema expresado; por tanto, cuando un párrafo es coherente, cada frase que expresemos nos conduce a la siguiente, para esto se hace necesario poner en práctica algunos principios de la redacción que le dé sentido a lo expresado. Esto es:
- Ordenar las ideas en forma lógica y secuencial,
- Repetir algunos sustantivos importantes que hayan aparecido en frases anteriores.
- Emplear palabras que sirvan de enlace para unir temas relacionados, pero ligeramente diferentes.
A lo anterior podemos agregar que la funcionalidad del párrafo en un escrito se da como la palabra en una frase, o como el capítulo en una novela o la estrofa en un poema. Sirve por tanto, para estructurar el contenido del texto y para mostrarnos formalmente que este está muy bien organizado y estructurado. Es decir, es la unidad de información y significado textual.
Por ello es importantísimo que los párrafos estén bien estructurados en un escrito; si no es así, la claridad se verá dañada y el lector será incapaz de sacar una idea precisa de lo que se le ha querido decir.
En este contexto, es importante la elaboración de un esquema previo a la redacción. Ese esquema nos servirá para que la información esté clasificada y ordenada convenientemente y será el que posibilite la correcta estructuración de los párrafos.
En consecuencia, el orden se deberá establecer por niveles; para lo cual se hace necesario que…
— Cada párrafo deberá de estar colocado en la posición correcta dentro del texto. Si ponemos las conclusiones al principio y la introducción al final, o el último paso de un proceso antes que el primero, al lector le resultará casi imposible descifrar el texto.
— Dentro de un párrafo los elementos siempre deberán estar, asimismo, ordenados por algún criterio, sean esto por grado de (importancia, sucesión temporal, etc.).
—Cada párrafo ha de ser una unidad de información. Ni un elemento informativo ha de dispersarse en varios párrafos, ni en uno solo deben mezclarse diferentes temas.
A lo anterior, es importante resaltar una cuestión muy importante relacionada con los párrafos de un texto y es la conexión que debe existir entre ellos. A pesar de ser núcleos o unidades de información, el texto debe dar al lector la impresión de continuidad, y no de una serie de bloques desconectados.
Para ello, se suelen emplear varias estrategias, las cuales describiré muy brevemente en este comentario que hacemos sobre la importancia del párrafo. Ellas son:
— El uso de conectores que sugieran consecuencia o apoyo de unas ideas sobre otras, como por ejemplo:
- En relación con lo que acabamos de decir...
- Otra cuestión de importancia es...
- Por otro lado, tenemos...
- Se puede considerar, por tanto, que...
- En definitiva...
- Como consecuencia...
- Asimismo...
- Sin embargo...
— Repetir el último concepto de un párrafo en el que lo sigue, con otras palabras, e hilarlo directamente con el siguiente bloque informativo. Los pequeños comercios van cerrando sus puertas en las grandes ciudades, y es una pena, porque cada vez resulta más difícil encontrar una bobina de hilo de un color específico o una tuerca del doce. Los grandes súper e hipermercados se han hecho con la venta de todos los productos de consumo, a costa de una peor atención y una falta de detalle en los tipos de productos. Por otro lado, ya nadie tiene el tiempo suficiente para pasearse por distintas tiendas, ni para preparar comidas más allá de las de microondas, ni siquiera para coserse una camisa o apretar una tuerca.
Si la demanda de la gente resulta estar en consonancia con la desaparición del pequeño comercio y con la proliferación de grandes almacenes, también es verdad que el ser humano tiene una gran capacidad de adaptación, y a veces se resigna sin chistar a que su calidad de vida empeore...
— Trasladar la frase que debería cerrar un párrafo al siguiente, de forma que en este último tendríamos la última idea de la anterior engarzada a la información que queríamos reflejar. Veamos cómo lo hace García Márquez:
Afuera encontré un espectáculo sobrecogedor. Gentes de toda ley habían desbordado las salas de espera, y estaban acampadas en los corredores sofocantes, y aun en las escaleras, tendidas por los suelos con sus animales y sus niños, y sus enseres de viaje. Pues también la comunicación con la ciudad estaba interrumpida, y el palacio de plástico transparente parecía una inmensa cápsula espacial varada en la tormenta. No pude evitar la idea de que también la bella debía de estar en algún lugar en medio de aquellas hordas mansas, y esa fantasía me infundió nuevos ánimos para esperar.
A la hora del almuerzo habíamos asumido nuestra conciencia de náufragos. Las colas se hicieron interminables frente a los siete restaurantes, las cafeterías, los bares atestados, y en menos de tres horas tuvieron que cerrarlos porque no había nada que comer ni beber. [...]
— Repetir, de forma camuflada, palabras de los párrafos anteriores (o muy similares) en el que estamos escribiendo, lo que provocará en el subconsciente del lector es una breve impresión de continuidad de lo dicho.
En definitiva, este truco es muy utilizado fundamentalmente, en el discurso narrativo, donde el entramado del texto ha de ser sutil. Veamos otro ejemplo de García Márquez:
Fue un viaje intenso. Siempre he creído que no hay nada más hermoso en la naturaleza que una mujer hermosa, de modo que me fue imposible escapar ni un instante al hechizo de aquella criatura de fábula que dormía a mi lado. El sobrecargo había desaparecido tan pronto como despegamos, y fue reemplazado por una azafata cartesiana que trató de despertar a la bella para darle el estuche de tocador y los auriculares para la música. Le repetí la advertencia que ella le había hecho al sobrecargo, pero la azafata insistió para oír de ella misma que tampoco quería cenar. Tuvo que confirmárselo el sobrecargo, y aun así me reprendió porque la bella no se hubiera colgado en el cuello el cartoncito con la orden de no despertarla.
Hice una cena solitaria, diciéndome en silencio todo lo que le hubiera dicho a ella si hubiera estado despierta. Su sueño era tan estable, que en cierto momento tuve la inquietud de que las pastillas que se había tomado no fueran para dormir, sino para morir.
—A tu salud, bella.
El título es demasiado largo y deja la duda de si sí es el título.
ResponderEliminarHay pequeños detalles en los signos de puntuación.
El contenido del texto es redundante.
El texto es muy entendible y utiliza un lenguaje adecuado.
Hay mal uso de signos de puntuación, específicamente los paréntesis.
En ocasiones no se especifica cuándo se va a dar un ejemplo.
No hay conclusión.
Revisión por:
Alejandra Estrada Castaño 000279489
Alen Martín Osorio Sokolov 000172697
Hola. POr favor excusen. El problema del título fue originado por mí que, sin pretenderlo, erré al montar la entrada... Ya lo corregí.
EliminarHola, Víctor.
ResponderEliminarMuy buen aporte al Blog. Excelente evidencia de tu comprensión y apropiación acerca del tema de la escritura del párrafo.
Coincido con Alejandra en que el texto puede tener algunos problemas, en el título y el desarrollo del tema. Pero estos problema son leves, a mi criterio.
El texto sí puede mejorarse considerablemente con una mínima intervención en el formato: por ejemplo, señalizando mejor los cambios de subtema.
Una breve síntesis o reflexión al final puede enriquecer el valor del texto.
Por lo demás, como digo, muy buen escrito.
Gracias